domingo, 1 de junio de 2014

Chopin, nacionalismo a la polaca

Durante los 39 años de su corta existencia, Fryderyk Chopin nos entrgó más de 200 trabajos para piano, de los cuales, 3 de ellos están desaparecidos, 6 trabajos para piano y orquesta, pero fue en el piano dónde el genio se desenvolvió con total libertad, demostrando ser un virtuoso cómo pocos.

Retomando la idea del título, se nos hace imposible pasar por alto las más grandes obras de Chopin, cómo lo son las polonesas, mazurcas y nocturnos, Estas dos primeras son los bailes nacionales polacos, en la totalidad de estas, se ve el genio de Chopin al mezclar diferentes ritmos folclóricos nacionales y así crear piezas tanto austeras cómo elegantes. En menor medida, algunos de los nocturnos de Chopin se dejan influenciar por el ritmo sincopado de una polonesa (Es el caso del Nocturno Op. 37 No. 2) .

Para profundizar, Fryderyk Chopin abandonó Polonia en 1830, tan sólo 2 meses después estalló la insurreción de Varsovia, en contra de los zares rusos, motivo de tristeza, al estar alejado de su familia y verse imposibilitado de servir a su patria, compone el Estudio Op.10 No.12 más conocido como "El Revolucionario". De esta manera, Chopin lleva los ritmos de su lejana Polonia a los más finos salones parisinos y es aquí, donde el genio polaco establece su nuevo hogar, entre clases y pequeños conciertos en salones elité.

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