domingo, 27 de abril de 2014

La verdad sobre Hipatia

Al morir como murió, entró en la leyenda. Fue la primera científica, filósofa neoplatónica y fiel a los dioses paganos. Un arquetipo femenino que a lo largo de la historia cada uno ha interpretado según sus necesidades sicológicas

Hipatia nació en Alejandría, capital de la provincia romana de Egipto, hacia el año 355, o 370, según las últimas investigaciones. No se tienen datos sobre su madre, pero sí sobre su padre, el filósofo y matemático Teón, que estimuló su educación para que fuera “un ser humano perfecto”. Recibió, pues, Hipatia una formación científica muy completa. Practicaba rutinas diarias para mantener un cuerpo saludable y una mente activa, en contraste con las mujeres de su época, apartadas del conocimiento y relegadas a los gineceos. Con el tiempo se convertiría en una mujer brillante, competente en todo, y, según se dice, muy hermosa. Pero no quiso casarse y permaneció virgen para dedicarse por completo a cultivar su inteligencia. Su padre trabajaba en el Sarapeo, institución fundada por Tolomeo I, el sucesor de Alejandro Magno, dedicada a la investigación y la enseñanza. Su biblioteca se consideraba hermana menor de la legendaria Gran Biblioteca de Alejandría, destruida en algún momento de los siglos III/IV. Allí vivían más de cien profesores fijos y muchos invitados. Hipatia estudió en el Sarapeo y formó parte de él hasta su muerte. Incluso lo dirigió hacia el año 400. También obtuvo la cátedra de filosofía platónica, por lo que sus amigos la llamaban “la filósofa”.

Maestra y discípulos
Hacia el año 400, Hipatia encabezaba a los filósofos neoplatónicos alejandrinos y se dedicaba con pasión a la enseñanza. A su casa acudían estudiantes de todo el Oriente Medio, atraídos por su fama. Llegaban de Cirene, Siria y Alejandría, de la Tebaida y de la capital del Imperio. Era una selecta escuela de aristócratas con alumnos paganos y cristianos, ninguno perturbado en sus convicciones por su maestra. Su discípulo preferido, el cristiano Sinesio de Cirene, expuso con elocuencia la devoción que la carismática Hipatia inspiraba a sus alumnos: “Madre, hermana y profesora, además de benefactora y todo cuanto sea honrado, tanto de nombre como de hecho”. Sinesio, que llegaría a ser obispo de Ptolemaida, mantuvo una intensa correspondencia con su maestra en la que se menciona a otros discípulos, desde Herculiano hasta Orestes, que era el Prefecto imperial al morir Hipatia… Todos ellos hijos de familias poderosas, muchos llegarían a ocupar altos cargos. Hipatia tenía un concepto aristocrático de la filosofía y no se interesó por las clases populares, ni empatizó con las mujeres. No tuvo discípulas. Su misión moral, a la que estaba entregada, la ponía muy por encima de su propio sexo. Se podía decir de ella lo que Empédocles, el pitagórico, decía de sí mismo: “En una ocasión fui dos cosas, hombre y mujer”.

Sobresaliente en ciencias
En su época, el saber se consideraba un todo y no era raro que los filósofos fueran también científicos. Era su caso. Sabía matemáticas, astronomía, música... Sus escritos se han perdido, pero hay muchas referencias a ellos, gracias a sus discípulos Sinesio de Cirene y Hesiquio de Alejandría, el Hebreo. Su trabajo más extenso fue sobre álgebra: un comentario a la Aritmética de Diofanto, el padre de los números enteros, que incluía soluciones alternativas y nuevos problemas. También escribió un tratado sobre la Geometría de las Cónicas de Apolonio y colaboró con su padre en la revisión, mejora y edición de los Elementos de la Geometría de Euclides. Redactó también un Canon de Astronomía, y revisó las Tablas Astronómicas de Claudio Tolomeo.
También le interesaban los aparatos. Las Cartas de Sinesio recogen sus diseños para varios instrumentos, incluyendo un astrolabio plano que mejoraba los antiguos para medir la posición de las estrellas, los planetas y el Sol. Desarrolló un aparato para la destilación del agua, un hidroscopio para medir su presencia y su nivel y un hidrómetro que determinaba el peso específico de los líquidos. También se le atribuye la invención del aerómetro, para medir las propiedades físicas del aire u otros gases.

La violenta Alejandría
Era un avispero lleno de avispas letales. Teodosio I convirtió al llamado catolicismo en religión del Estado y eso había irritado tanto a los paganos como a las facciones cristianas excluidas, que se veían de pronto consideradas heréticas. Durante las décadas siguientes hubo en Alejandría enfrentamientos incluso violentos y los filósofos como Hipatia sufrieron fuertes presiones para convertirse al cristianismo. Algunos lo hicieron, pero Hipatia se negó, a pesar de los consejos de su discípulo Orestes: su mente investigadora debía ser incompatible con una religión dogmática. Además, confiaba en su buena relación con la élite intelectual cristiana, que la consideraba un modelo de virtud. Su influencia en la ciudad era enorme, incluso aconsejaba a Orestes, ya nombrado representante del Emperador, en los asuntos municipales.
El Patriarca de Alejandría era en aquel momento el copto Teófilo, ambicioso y enérgico. En el año 391 había convencido al Emperador para derribar los templos paganos de la ciudad, entre ellos el Serapeo, destruyendo su biblioteca, tan amada por Hipatia. Ello provocó disturbios sangrientos entre paganos y cristianos pero Hipatia procuraba no enfrentarse con Teófilo. Al morir este, le sucedió su sobrino Cirilo que siguió con la política de su tío: presión contra los paganos, herejes y judíos y resistencia ante Constantinopla. Así surgió la amarga hostilidad entre Cirilo y Orestes, que debía defender el poder absoluto del Emperador. En esa pinza quedaría atrapada Hipatia.
Existía en ese momento un odio visceral entre cristianos y judíos, estos protegidos por Orestes. Hubo violentos motines antijudíos, azuzados por Cirilo. Orestes se quejó al Emperador y rechazó los intentos de reconciliación de Cirilo. Ahí se cerró la trampa. Del desierto de Nitria llegaron 500 monjes belicosos dispuestos a defender a su Patriarca que atacaron físicamente a Orestes llamándole idólatra. Y aunque él se defendió gritando que era cristiano, fue herido por el monje Amonio. Era un delito contra el Emperador: Amonio fue torturado y muerto, y Cirilo, en revancha, le consagró como mártir cristiano. La ruptura entre el Patriarca y el representante imperial era ya absoluta.

La muerte de Hipatia
Alejandría se llenó de rumores. ¿Por qué era aquella Hipatia tan influyente? No era popular entre el pueblo llano, lo que fue aprovechado por los agitadores del Patriarca para lanzar la peor de las insidias. ¿No sería una bruja, practicante de la magia negra, fomentadora de la discordia entre Cirilo y Orestes? Y la crisis se desencadenó. Era el año 415. En plena cuaresma, una turba, quizás de monjes encolerizados, asaltó a la filósofa al volver a su casa. La arrastraron por toda la ciudad hasta llegar al Cesáreo, magnífico templo edificado por Augusto y convertido en catedral de Alejandría. Allí la desnudaron y la descuartizaron con piedras afiladas y conchas de ostras. Sus restos fueron llevados en triunfo hasta el Cinareo, quizás un crematorio, donde los quemaron para que nadie pudiese recuperarlos.
Al morir, Hipatia no era la bella joven que dicen las leyendas. Tenía entre 40 y 60 años, según la fecha de nacimiento que se acepte. ¿Murió por ser pagana y no aceptar la conversión? No exactamente. Su asesinato, aunque en el marco de la hostilidad cristiana contra el paganismo, fue una consecuencia directa de la tensión entre el patriarcado alejandrino, encarnado por Cirilo, y el poder imperial, representado por Orestes. Una especie de advertencia siniestra lanzada al Prefecto por el Patriarca: “Lo que le ha pasado a Hipatia también podría pasarte a ti”. Con las fuentes que hoy tenemos, es imposible saber si Cirilo orquestó el ataque o si sus irascibles partidarios lo llevaron a cabo a sus espaldas. Pero sin duda fue su instigador, responsable moral de la campaña contra Hipatia.

Un escándalo histórico
Tanto los detalles truculentos del crimen como la impunidad de los asesinos convirtieron la muerte de Hipatia en un escándalo histórico perdurable. El Emperador Teodosio II quiso castigar a Cirilo, pero al final se limitó a retirarle los 500 monjes que le servían de guardia. Además, a su muerte fue declarado santo y doctor de la Iglesia. Pero el asesinato de Hipatia no fue olvidado. La inmediata posteridad condenó a Cirilo casi sin reservas: el historiador bizantino Juan Malalas (siglo VI) daba por cierta su inducción al crimen y culpaba del acto criminal a los ciudadanos alejandrinos, violentos y “acostumbrados a toda licencia”. En la misma época, Juan de Éfeso los llamaba “horda de bárbaros inspirada por Satán”. Incluso la Suda, enciclopedia bizantina del siglo XI, atribuye el asesinato al carácter feroz de los alejandrinos.

SUS ENSEÑANZAS FILOSÓFICAS
Según Damascio, filósofo pagano del siglo VI, Hipatia era «de naturaleza más noble que su padre y no se conformó con las ciencias matemáticas, sino que se dedicó a las filosóficas con mucha entrega». La insuficiencia de las fuentes que tenemos nos obliga a especular sobre su filosofía: comentaba –no sabemos con qué aportaciones personales– los textos y la doctrina de Platón y formaba parte de esa élite pagana que seguía fiel a las antiguas creencias y velaba por el legado clásico en un imperio conquistado por el cristianismo.

Basaba sus enseñanzas en las de Plotino, el fundador del Neoplatonismo, y quizás utilizaba los Oráculos Caldeos, la biblia neoplatónica, que incluye ciertas doctrinas esotérico-religiosas. Pero no las ponía en práctica: era una helenista cultural que rechazaba los ritos mágicos y no hacía sacrificios a los dioses. Su trato con cristianos y su buena relación con las autoridades religiosas demuestran que no fue una pagana militante.

Las clases de Hipatia eran diálogos sobre temas éticos y religiosos. Compartía con sus alumnos experiencias de gran intensidad, que no se debían a prácticas milagreras, sino al esfuerzo mental que realizaban juntos.

 Transmitía sus ideas filosóficas con un énfasis casi científico y defendía con gran celo el sentido sagrado de la investigación filosófica. Su sabiduría y autoridad espiritual la habían convertido en guía de sus discípulos. Apoyada en Platón, ella despertaba su instinto filosófico, les instaba a escapar de la realidad banal para dirigirse hacia la trascendental.

Con un esfuerzo enérgico de la inteligencia y el corazón, cada uno debía llegar a descubrir su propio ojo interior: ese ojo intelectual, hijo luminoso de la razón, que capacita al individuo para romper las cadenas de la materia.

Esa chispa encendida por Hipatia podía llegar a convertirse en una gran llama de conocimiento, estación final del viaje del alma que el neoplatónico Plotino denominaba anagogue: ascensión hacia la divinidad. Lograda la meta filosófica, el espíritu estaba listo para la verdadera realidad, más allá del pensamiento y del lenguaje.

 Lograr esa experiencia significaba alcanzar la verdadera vida. En adelante, esa vida, guiada por la razón filosófica, se dedicaría a buscar lo trascendental y a procurar la fusión con lo divino, en una dimensión más alta de la existencia. La felicidad de esta unión era tan intensa que todos los discípulos de Hipatia la deseaban.

Durante esa búsqueda, el ser humano debía desprenderse de las inquietudes del mundo. Eso requería esfuerzo cognitivo y perfección ética. Hipatia podía aplicar duras medidas pedagógicas a los alumnos que no aceptaban esa verdad básica, como demuestra la anécdota contada por Damascio: uno de sus discípulos le confesó que estaba enamorado de ella. E Hipatia, entregándole su paño menstrual, le dijo:
“Esto es lo que amas y no tiene nada de hermoso”.

La historia, sin duda reveladora para los psicoanalistas modernos, manifiesta el desinterés de Hipatia hacia la sensualidad, así como una energía de carácter poco común y gran fortaleza ética. Quiso demostrar a su discípulo que la belleza no reside en un objeto concreto, el cuerpo de Hipatia. Los cuerpos no son más que imágenes, huellas, sobras. A Hipatia, como a Plotino, no le interesaban esas bellezas relativas; quería despertar en sus alumnos el hambre intelectual por la belleza última, la hermosura del conocimiento.  Marisa Pérez Bodegas

La intimidad entre la Filosofía y el Arte

La filosofía y el arte han ido de la mano desde tiempos muy remotos. Encontramos desde los griegos un pensamiento filosófico en intimidad con el arte, como lo hicieron Platón (condenando negativamente el arte), Aristóteles y filósofos posteriores.
La estética, como disciplina de la filosofía, se encargará de custodiar el mundo del arte y pensarlo desde su trinchera; es el puente para conectar ambos conceptos. Como tal, la estética es el estudio de la sensibilidad (en general), pero es más común que se entienda como el “estudio de lo bello” (definición heredada por Baumgarten a la tradición).
El término de Baumgarten ha tenido un peso capital en la historia, puesto que cuando escuchamos estética es casi seguro que lo analoguemos con lo bello, pero ¿es que Baumgarten definió de la manera más correcta el término? Si lo pensamos bien, esa definición bien pudo haber funcionado para el arte tradicional.
Pero ahora nos encontramos en una situación totalmente distinta: lo bello ya no forma parte esencial del arte, ahora no necesariamente juzgamos el arte por su belleza, lo vemos bajo otra óptica; ahora la estética piensa el arte desde sí, desde todas sus posibilidades, y nos hemos dado cuenta que lo bello era sólo una peculiaridad del arte mismo.
Este descubrimiento se debe a muchos pensadores y artistas; todos desde su trinchera terminaron con aquel relato de Occidente en el que el arte se hallaba. Aparece Danto, por ejemplo, quien a partir de las brillo box de Andy Warhol anunció la muerte del arte como la pérdida de estos relatos, enunciando que habrá más arte pero no unificado como antes. Ahora la estética está en constante cambio, radicalmente a lo que antes hacía: las corrientes artísticas son efímeras, la novedad adquiere poder sobre el arte y hay un cosquilleo de estar en constante novedad, siempre ideando formas diferentes de hacer y pensar. 
La idea de abordar la estética constituye un tema relevante en la historia del arte para leer las apariciones artísticas bajo un “algo”, una corriente o un estilo. Resulta interesante analizar las obras bajo sus estéticas correspondientes, por ejemplo las buenas pinturas para Hegel, ¿qué artistas hubieran sido aceptados por él?, o en la estética de Adorno ¿sabemos todos que el arte contestatario era para él un buen arte? Pensar el arte desde las estéticas que ha hecho la filosofía a partir de éste hace que el análisis se vuelva mucho más rico. Se pueden juntar ahora el relato y el fenómeno, enlazar lo que se dice del arte y lo que se hace.
El arte se ha desbordado a sí mismo y ahora vive por y para sí; no hay límites para lo artístico, el pensamiento ha permitido que así sea. No es gratuito que ahora haya una preocupación más participativa en el arte, ya no sólo es pintar a un burgués e inmortalizarlo por siempre; ahora los artistas miran a su alrededor y no lo pueden evitar. Cuando un artista tiene las herramientas estéticas es posible que llegue mucho más lejos de lo que cree. 




sábado, 26 de abril de 2014

Presentan en España el disco póstumo de Paco de Lucía

Ocho piezas del flamenco tradicional versionadas por su guitarra revolucionaria integran el último y póstumo disco de Paco de Lucía, músico español fallecido este año en México. Editado por Universal, el álbum se titula "Canción andaluza" y viene a cerrar el círculo de su vida en el flamenco, al recuperar las melodías que el niño Francisco Sánchez Gómez-su verdadero nombre- escuchaba en su Algeciras natal.
El disco se grabó en el estudio de su casa en mallorca. Una vez terminado el trabajo, el músico viajó a Cancún, donde falleció el 25 de febrero de este año.

jueves, 24 de abril de 2014

¿Quieres ser millonario? Sólo tienes que resolver uno de estos diez problemas

Quizás la forma más rápida de hacerse rico (sin contar a aquellos que nacen siéndolo) es jugar a la lotería. Pero, además de ser muy difícil que te toque, tienes muchas posibilidades de acabar mal. El otro método, más difícil y esforzado, pero mucho más excitante, es dar con una solución a un problema que todo el mundo busca resolver.
Durante décadas, médicos, ingenieros, informáticos, e inventores de todo pelaje, han buscado la solución a diversos problemas que la ciencia disponible en la actualidad aún no es capaz de resolver. El historiador y periodista Rob Wile ha recopilado los diez ingenios a su juicio más solicitados, que harían millonario a cualquiera capaz de dar en el clavo.

1. El medicamento definitivo para perder peso

En el último siglo se han anunciado cientos de fármacos que prometían ayudarnos a perder peso, pero ninguno funcionaba. En la actualidad, la mayoría de medicamentos, cuando no son simples engaños, sólo suponen una pequeña ayuda para perder peso en un contexto de dieta restrictiva: ayudan a paliar el apetito o evitar la absorción de parte de las grasas de la dieta humana (así funciona el fármaco más famoso, el orlistat). Pero, además de tener importantes efectos secundarios, su eficacia no es para tirar cohetes. Si alguien lograra desarrollar un fármaco que de verdad nos permitiera perder peso sin tener que hacer dieta se haría de oro.
Son muchos los laboratorios que están detrás del fármaco definitivo, y en los últimos años se han hecho importantes avances. En 2012 un equipo de la Universidad de California logró modificar genéticamente a unos ratones para que vivieran en un estado hipermetabólico, que les permitía quemar las calorías de forma mucho más eficiente que los ratones normales. Eran inmunes a la obesidad, a pesar de tener una dieta alta en grasas y una vida sedentaria. Además, tenían una presión arterial normal, y no padecían problemas cardiovasculares ni diabetes. Pero aún está por ver si el descubrimiento es trasladable al ser humano, y a qué precio.

2. Detectar los desastres naturales
Cada vez sabemos mejor por qué se producen los fenómenos meteorológicos más devastadores como los terremotos, los huracanes o los tsunamis. Pero a día de hoy nadie es capaz de prever con eficacia cuándo y dónde se van a producir estos. Y es un problema de primera magnitud, teniendo en cuenta que todos los año, mueren cientos de personas (si no miles) debido a esto. En los últimos tiempos varias catástrofes de este tipo han destrozado regiones enteras como Haití, el norte de Japón, o buena parte de Chile, sin que nadie supiera prever lo ocurrido.
Hasta la fecha, nadie ha logrado prevenir un sólo terremoto antes de que ocurra (pese a que, una vez ha sucedido el desastre, siempre hay alguien que dice que lo vio venir). Hay numerosas líneas de investigación abiertas –la última tiene que ver con las conocidas como luces de terremoto– pero es un campo de estudio muy complejo y, hasta la fecha, repleto de pseudociencia.

3. Una energía solar más barata
El gran problema de la energía solar es lo caro que resulta fabricar las células fotovoltaicas, por ello hay numerosos laboratorios que trabajan para encontrar o bien unas células más baratas o bien unas que, aún siendo caras, sean mucho más eficientes.
Parece que es un equipo australiano el que más ha avanzando en el tema, gracias a un material raro, pero de momento barato, del que nadie se acordaba: la perovskita. Los científicos creen que podría recortar los costes de la energía solar en un 75%.

4. Electricidad inalámbrica
Una red wifi que permitiera cargar cualquier dispositivo de forma inalámbrica? Parece una idea de lo más avanzada, pero en realidad fue la obsesión de uno de los más grandes científicos del siglo pasado, Nikola Tesla, que llegó a realizar algunas pequeñas demostraciones con éxito y construyó una enorme torre para tal fin que acabó ardiendo parcialmente en un par de ocasiones.
En la actualidad uno de los grandes retos de las empresas de tecnología móvil pasa por prolongar la batería de sus aparatos, pero lograr que éstas sean más eficaces es muy costoso. La solución podría pasar por hacer que los dispositivos se cargaran más fácilmente, u obtuvieran la electricidad de nuevas fuentes. Y ahí es donde sería muy útil una especie de wifi de electricidad.

Numerosos laboratorios están trabajando para utilizar las ondas de radio para transportar electricidad (lo mismo que intento hacer Tesla), y en los últimos tiempos ha habido importantes progresos, pero los inventos se limitan de momento a pequeñas potencias y no logran transportar la energía en grandes distancias. La empresa WitryCity es la que más progresos ha logrado, pero lo máximo que han encendido hasta el momento con una tecnología de este tipo es un televisor y dos móviles. ¿Alguien da más?
5. La inmortalidad
Sí, la búsqueda del elixir de la eterna juventud, que ha preocupado al hombre desde el principio de los tiempos, es hoy uno de los campos de investigación en el que se está invirtiendo más dinero. En la actualidad se puede hablar incluso de una “industria antienvejecimiento”, pues cada año mueve unas sumas de dinero cercanas a los 60.000 millones de euros, según los datos de la consultora Global Industry Analysts.
Tanto en el plano académico como en el financiero se ha potenciado la búsqueda de la vida eterna, al convertirse en un objeto de estudio legitimado por los biólogos moleculares y subvencionarse con cantidades astronómicas por las mayores fortunas del mundo. No cabe duda de que aquellos que consigan dar aunque sea un pequeño paso en este campo encontrarán todo el dinero que pidan. 

6. Internet en cualquier lugar
En las ciudades esto parece un problema sin importancia, pero llevar internet a determinados lugares es mucho más difícil de lo que parece. Las conexiones por satélite son caras, y no funcionan ni de lejos como un ADSL, y llevar cables a todos los rincones rurales del globo es harto complejo.
Google es la empresa que más ha avanzado en este aspecto. El pasado verano anunció el lanzamiento del Proyecto Loon, un ambicioso programa con el que pretende dar conexión a internet a millones de personas que viven en áreas remotas, pobres o afectadas por desastres naturales, a través de gigantes globales de helio equipados para emitir señales de wifi. Aunque la idea, aseguran sus promotores, “tiene un respaldo científico sólido”, todavía está en pañales.  
7. Carbón limpio
Parece contradictorio hablar de avances para la humanidad y sacar a relucir el más antiguo combustible fósil que todos asociamos como algo poco eficiente, contaminante y condenado a la extinción como fuente de energía. Pero lo cierto es que el carbón sigue siendo el combustible más abundante del mundo y el desarrollo de una tecnología que permitiera quemarlo de una forma limpia y poco contaminante sería magnífico.
“Las renovables no son suficientes. El carbón limpio es el futuro”. Este fue el titular escogido por la popular revista Wired para uno de sus reportajes de portada el pasado mes, en el que aseguraba que el mundo va a seguir necesitando por mucho tiempo el carbón, y las tecnologías que permitan aprovecharse de este de forma más eficaz y limpia serán enormemente lucrativas.
8. Pagos internacionales low-cost
Cualquiera que haya realizado una transferencia al extranjero (o haya sacado dinero en un país que no es el suyo) habrá visto cómo las entidades financieras les cobran unas comisiones abusivas. Teniendo en cuenta que hoy en día el dinero no es más que un número en un ordenador, ¿por qué sigue siendo tan caro mover éste por todo el mundo?
Podríamos pensar que los bancos nos cobran para sacar tajada por algo que no tiene coste (al igual que hacen las compañías móviles con el maravilloso invento del roaming), pero en realidad –aunque algo hay de abuso–, en este caso también ellos tienen costes, ya que tienen que pagar comisiones para trasmitir estos fondos. Y esto es un problema tecnológico. Si el dinero se enviara a través de una red descentralizada las tasas de intercambio desaparecerían. Esto es lo que trata de lograr Bitcoin, pero si alguien lograra crear un sistema que convenciera a los bancos (algo que no es sencillo, dado sus intereses) ganaría muchísimo dinero.
9. Desalinización eficiente y barata
La escasez de agua es ya un importante problema en muchas partes del mundo y, si se cumplen los fatídicos pronósticos de organismos como la ONU o la NASA, el asunto irá a peor debido al cambio climático. Una de las soluciones pasa por construir plantas desalinizadoras, pero éstas son muy caras y, en la mayoría de los casos, ineficientes. El desarrollo de tecnologías que mejoren éstas será muy lucrativo.
Solemos quejarnos mucho de lo poco que aporta al mundo nuestro país, pero en este terreno España es líder mundial: somos la primera potencia en desalación y nuestras empresas están construyendo plantas en todo el mundo. Por eso nuestras constructoras deberían estar interesadas en el invento de una startup estadounidense, WaterFx que planea utilizar la energía solar para separar la sal del agua a través de la evaporación: una tecnología más barata y más limpia. Esta solución, en cualquier caso, sólo es una de tantas. Lo que es seguro es que el sector va a crecer exponencialmente y el desarrollo de nuevas tecnologías será decisivo.
10. Contraseñas más seguras
Aunque la seguridad en internet no deja de avanzar parece que los hackers avanzan al mismo ritmo (al fin y al cabo, son dos caras de la misma moneda), y son capaces de reventar cualquier firewall existente. Por muy segura que sea tu contraseña, y por mucho que hayas invertido en seguridad, si alguien está decidido a entrar puede acabar entrando. Es por esto que el desarrollo de tecnologías de seguridad imaginativas está en boga. Google, por ejemplo, trabaja en convertir tu móvil en una especie de llave con la que sólo tú puedas acceder a ciertos servicios. Es un campo tremendamente lucrativo: la edad de oro de la criptografía.
Aunque la seguridad en internet no deja de avanzar parece que los hackers avanzan al mismo ritmo (al fin y al cabo, son dos caras de la misma moneda), y son capaces de reventar cualquier firewall existente. Por muy segura que sea tu contraseña, y por mucho que hayas invertido en seguridad, si alguien está decidido a entrar puede acabar entrando. Es por esto que el desarrollo de tecnologías de seguridad imaginativas está en boga. Google, por ejemplo, trabaja en convertir tu móvil en una especie de llave con la que sólo tú puedas acceder a ciertos servicios. Es un campo tremendamente lucrativo: la edad de oro de la criptografía.
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