sábado, 12 de julio de 2014

Natalicio de un desobediente eterno: Henry David Thoreau

En un día como hoy, pero de 1817, nació en Concord, Massachussets (EUA), Henry David Thoreau, poeta y escritor, precursor del anarcoindividualismo norteamericano, autor de El deber de la desobediencia civil y de Walden.

Thoreau nació en Concord, Massachussets en 1817. En 1837 egresó de la Universidad de Harvard y fue profesor en Concord entre 1839 y 1841, teniendo que dejar su empleo por negarse a castigar a sus alumnos. Amigo de Ralph Waldo Emerson entró, a través de éste, en contacto con los trascendentalistas.

De 1845 a 1847 vivió solitariamente, al margen de usos y costumbres, en una cabaña construida por él mismo a orillas del lago Walden. Allí concibió y escribió su obra más conocida: Walden o la vida en los bosques, donde exalta la convivencia con la naturaleza y que sería publicada en 1854.

En su retorno a la civilización fue encarcelado por rehusarse al pago de impuestos. Vivió alternativamente en la casa paterna o en la de su amigo Emerson. En 1863 se editó su famoso ensayo Sobre el deber de la desobediencia civil, de gran influencia en objetores de conciencia, insumisos y en el pacifismo norteamericano de los siglos XIX y XX.

Henry David Thoreau murió el 6 de marzo de 1862.

Fragmento de El deber de la desobediencia civil:

“Visitad un cuartel de la marina y contemplad un infante de marina, un hombre tal como lo puede crear el gobierno americano o como puede devolverlos con sus negras artes, una mera sombra y reminiscencia de humanidad, un hombre amortajado vivo y enterrado ya, bajo las armas, con acompañamiento de cortejo fúnebre (…) La mayoría de los hombres sirve así al Estado, no como hombres, sino como máquinas, con sus cuerpos. Componen el ejército permanente y la milicia, son los carceleros, los policías, los alguaciles, etc. En la mayor parte de los casos, no utilizan en absoluto su juicio o su sentido moral, sino que se colocan al nivel de la madera de la tierra y de las piedras, y quizá pudieran fabricarse hombres de madera que servirían con idéntica perfección para tal propósito. Tales personas no merecen mayor respeto que un hombre de paja o un montón de basura. Valen lo que valen los caballos y los perros”

sábado, 5 de julio de 2014

Johnny Romone, la vida del punk más autoritario y su autobiografía.

Editado en español, la autobiografía "Commando" pone énfasis en el conservadurismo y ética laboral de la leyenda del rock y el punk.

 Johnny Romone, el ex guitarrista de The Ramones, siempre fue un personaje contradictorio. En si autobiografía, "Commando"-Publicada en español-, enfatiza en su amor por The Rolling Stone y The Beatles con distinta intensidad. De los primeros ufana de haber estado en el primer concierto de ellos en Nueva York en 1964 y asegura que con Brian Jones tuvieron su mejor época. De los segundos, la historia es distinta. Fue uno de sus grupos preferidos, pero cuando fue a verlos llevño una bolsa con piedras escondida en el abrigo para tirárselas. No pasó nada: quedó tan lejos que su única opción fue escuchar el concierto.
Nacionalista ultranza, admirador de John Wayne y convencido de que el mejor Presidente de la historia de Estados Unidos era Ronald Reagan, John Cummings-el verdadero nombre de Johnny Ramone- fue la criatura más atípica del punk rock. Si la consigna de ese estilo era la anarquía y la inmediatez, el guitarrista aplicó premeditación y conservadurismo. Esa lógica venía desde su hogar y su pasado laboral. Su padre, un descendiente de irlandeses, era un orgulloso estadounidense que traspasó a su hijo el amor por la patria: cada vez que oía el himno nacional por radio o televisión, obligaba al pequeño John a cantar la canción. Y antes de formar la banda, estableció su ética de trabajo: trabajó como obrero de la construcción por cinco años en Nueva York, haciendo calles o construyendo edificios. Eso, dijo, le dio rigor y sacrificio.
"Commando" es un diario de vida de una franqueza muy poco vista en el mundo del rock. El músico quería ser famoso y juntar un millón de dolares para pasar una buena vejez. Se prestaba para los políticos: se fotografió junto a George Bush en la Casa Blanca y, en sus entrevistas, hablaba mal del régimen soviético.
Su liderazgo en The Ramones fue innegable. Prohibía el alcohol en exceso a sus compañeros - no así la mariguana- y negociaba los contratos por show. Con el dinero era extremadamente rígido: estableció pagos igualitarios por semana y cuando se casó con su segunda esposa, Linda Danielle- una ex novia del vocalista quien no se habló durante 15 años- se quejó porque fotografió le cobró cinco dólares por registrar la imagen del matrimonio.
La mayor parte épica de The ramones fue hacer música movidos en sus inicios, nadie tocaba ningún instrumentos y en Estados Unidos  tampoco tuvieron gran reconocimiento. Dio lo mismo. En europa y Sudamérica eran estrellas. Ese reconocimiento tardío, al menos, fue palpado por Johnny. Al momento de su muerte por complicaciones en la próstata, en septiembre de 2004- tres años después de la partida de Joey por cáncer y dos del bajista Dee Dee por sobredosis-, lo acompañaban Eddie Vedder de Pearl Jam; John Frusciente de Red Hot Chili Peppers, Rob Zombie y Nicholas Cage, entre otros. Era la evidencia: Johnny Ramone estaba en el panteón del rock.